Y el pueblo estaba en pie mirándolo, mas los magistrados lo zaherían, diciendo: “A otros salvó; que se salve a sí mismo, si es el Cristo de Dios, el predilecto”.
También se burlaron de Él los soldados, acercándose, ofreciéndole vinagre y diciendo: “Si Tú eres el rey de los judíos, sálvate a Ti mismo”.
Había, empero, una inscripción sobre Él, en caracteres griegos, romanos y hebreos: “El rey de los judíos es Éste”.
Uno de los malhechores suspendidos, blasfemaba de Él, diciendo: “¿No eres acaso Tú el Cristo? Sálvate a Ti mismo, y a nosotros”.
Contestando el otro lo reprendía y decía: “¿Ni aun temes tú a Dios, estando en pleno suplicio? Y nosotros, con justicia; porque recibimos lo merecido por lo que hemos hecho; pero Éste no hizo nada malo”.
Y dijo: “Jesús, acuérdate de mí, cuando vengas en tu reino”. Le respondió: “En verdad, te digo, hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
.
Esta homilía apareció por primera vez aquí el 1 de Noviembre de 2025.
[Ver todas las homilías] [Ver todos los cursos] [Podcast]
Published on 3 weeks, 5 days ago
If you like Podbriefly.com, please consider donating to support the ongoing development.
Donate