Meditación sobre el Evangelio del jueves de la semana XXXIII del Tiempo Ordinario. Jesús que llora al ver Jerusalén y contemplar su futura destrucción y el sufrimiento de sus habitantes, consecuencia de no haber acogido la Buena Nueva. Jesús es perfecto Dios y perfecto Hombre, ¡y es tan fácil amarle! Aprender de Él a llorar con los que sufren.
Published on 1 month, 1 week ago
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