En 1990 y 1991, la policía de Chicago y el FBI estaban tras el rastro de un ladrón de bancos cuyos asaltos se estaban tornando cada vez más violentos. En varias ocasiones, el criminal usó vehículos japoneses robados para llevar a cabo los robos, por lo que las autoridades esperaban identificarlo rastreando robos de vehículos. Cuando al fin localizaron al hombre conocido como el “bandido de la barba”, supieron que no trabajó solo y que había hecho un pacto de jamás rendirse.
Published on 1 month ago
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