La Sombra de Freud y el Drama Vienés
La historia del concepto "psicoanálisis anagógico" comienza en la
vibrante y conflictiva Viena de principios del siglo XX, cuna de la
psicología profunda. Su arquitecto original fue Herbert Silberer
(1882-1923), un pensador y psicoanalista austríaco cuya obra,
innovadora y erudita, ha sido por mucho tiempo una pieza casi
completamente olvidada en la historia de la psicología.1 Silberer
inició su carrera como parte del círculo cercano a Sigmund Freud, la
poderosa mente que, en ese momento, estaba sentando las bases
del entendimiento moderno del inconsciente.
Silberer se distinguió inmediatamente de sus colegas por un interés
marcadamente heterodoxo. Mientras Freud y sus seguidores se
centraban en la etiología sexual y la reducción de los símbolos a
conflictos reprimidos, Silberer se adentró en temas de misticismo,
alquimia, teología, filosofía y el esoterismo occidental.3 Esta
inclinación hacia lo oculto y lo trascendente fue crucial, pero
también la fuente de su eventual marginación. El objetivo de Silberer
no era rechazar el psicoanálisis de raíz, sino contribuir a su campo
desarrollando una teoría que pudiera combinar las interpretaciones
racionalistas con enfoques no reductivos de las experiencias
místicas.4 En otras palabras, buscaba que el psicoanálisis pudiera
hablar seriamente del espíritu sin caer en la superstición.
Published on 2 months, 3 weeks ago
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