En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:
—«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».
María dijo:
—«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador».
***
«El nombre de María, dice San Pedro Crisólogo, es nombre de salvación para los regenerados, señal de todas las virtudes, honra de castidad; es el sacrificio agradable a Dios; es la virtud de la hospitalidad; es la escuela de santidad; es, por fin, un nombre completamente maternal».
La Iglesia venera el Nombre de María el 12 de septiembre, como lo hace con el nombre de Jesús el 3 de enero. María es un nombre de honor porque María fue la Madre de Dios. Por lo tanto, María es un nombre santo así como también un nombre materno. El Papa Inocencio XI hizo que esta fiesta fuera universal, y el Papa Juan Pablo II la reinstituyó en 2003. El santo nombre de María es una devoción popular y San Luis de Montfort ha escrito extensamente sobre él.
Ha sido Lucas en su evangelio quien nos ha dicho el nombre de la doncella que va a ser la Madre de Dios: «Y su nombre era María».
El nombre de María, traducido del hebreo «Miriam», significa, Doncella, Señora, Princesa.
Estrella del Mar, feliz Puerta del cielo, como canta el himno Ave Maris Stella. El nombre de María está relacionado con el mar pues las tres letras de mar guardan semejanza fonética con María. También tiene relación con «mirra», que proviene de un idioma semita. La mirra es una hierba de África que produce incienso y perfume.
En el Cantar de los Cantares, el esposo visita a la esposa, que le espera con las manos humedecidas por la mirra. «Yo vengo a mi jardín, hermana y novia mía, a recoger el bálsamo y la mirra». «He mezclado la mirra con mis aromas. Me levanté para abrir a mi amado: mis manos gotean perfume de mirra, y mis dedos mirra que fluye por la manilla de la cerradura». Los Magos regalan mirra a María como ofrenda de adoración. «Y entrando a la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron y abriendo sus cofres, le ofrecieron oro, incienso y mirra».
La mirra, como María, es el símbolo de la unión de los hombres con Dios, que se hace en el seno de María. María es pues, el centro de unión de Dios con los hombres. Los lingüistas y los biblistas desentrañan las raíces de un nombre tan hermoso como María, que ya llevaba la hermana de Moisés, y muy común en Israel. Y que para los filólogos significa hermosa, señora, princesa, excelsa, calificativos todos bellos y sugerentes.
En la Historia de la Salvación es Dios quien impone o cambia el nombre a los personajes a quienes destina a una misión importante. A Simón, Jesús le dice: «Tú te llamas Simón. En adelante te llamarás Kefá, Pedro, piedra,
Published on 3 months, 1 week ago
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