Todo un reto. En un amanecer abrasador, bajo el implacable sol de las Bardenas Reales, un intrépido viajero, J. F. Calero, se propuso una hazaña: alcanzar la Selva de Irati en tan solo noventa minutos. Las Bardenas, un desierto de arcilla y arenisca esculpido por el viento, se extendían ante él como un mar de dunas ocres, silenciosas y áridas. Con su todoterreno listo, J. F. Calero arrancó el motor, levantando una nube de polvo que danzaba en el aire seco.
Published on 6 days ago
If you like Podbriefly.com, please consider donating to support the ongoing development.
Donate