Decimocuarta entrega de la edición de verano, en la que vamos a ver cómo lidiar con las distracciones que echan a perder nuestra productividad.
Pero antes, recordemos que en Boluda.com tenéis cursos para emprendedores, marketing online, desarrollo web, y todo lo que necesitáis para vuestro negocio online. Estamos en pleno curso de Leonardo, en el que aprenderemos a crear imágenes y vídeos con inteligencia artificial.
Y ahora sí, vamos al lío. Hablemos de distracciones. De cómo evitarlas o, al menos, de cómo reducirlas. Porque sabemos lo mucho que nos perjudican en el día a día, no solo robándonos tiempo, sino también arrastrándonos fuera del trabajo que estamos haciendo.
Estamos escribiendo un post, diseñando una web, respondiendo a un cliente o preparando un informe. Y de repente: ping, una notificación. Todo se detiene. Perdemos el hilo. Y aunque solo nos apartemos unos segundos, recuperar la concentración nos puede costar mucho más tiempo. Porque el foco se ha ido, y volver a ese estado de concentración no es tan automático como parece.
Así pues, lo primero es detectar cuál es nuestra distracción número uno. Esa que sabemos que se cuela cada día y que nos hace perder el ritmo. Puede ser el móvil, una red social, el correo abierto en segundo plano, las notificaciones del navegador... Cada quien tiene la suya.
Una vez la tenemos identificada, toca actuar. Lo ideal sería eliminarla. Pero si eso nos parece demasiado, al menos podemos ponerle barreras. Por ejemplo, alejar el móvil físicamente de nuestro espacio de trabajo, desactivar notificaciones, cerrar pestañas o incluso usar herramientas que bloqueen el acceso a ciertas apps durante unas horas.
No se trata de vivir aislados, sino de dificultar lo que hoy resulta demasiado accesible. Si facilitamos la distracción, tendremos más distracciones. Si la dificultamos, la presencia disminuye. No hay más.
Esto no es solo cuestión de productividad, sino también de claridad mental. Cuantas menos interrupciones, más fluidez. Una mente menos dispersa rinde más, toma mejores decisiones y gestiona mejor el estrés. El día en que decidimos desactivar notificaciones y cortar llamadas directas, sentimos una auténtica liberación.
Yo hace años que borré las apps redes sociales del móvil. De hecho, cuando alguien me pasa un enlace de Instagram o TikTok, ni siquiera puedo abrirlo. Y estoy encantado, porque sé que si entro por un vídeo, acabaré perdiendo media hora (o más) en scroll infinito.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Algo muy sencillo. Elegir una distracción concreta, solo una, y aplicar una acción para reducirla. Puede ser dejar el móvil en otra habitación, bloquear temporalmente una app, o incluso un simple gesto como desactivar los sonidos. Y mantener ese cambio durante una o dos semanas. Es importante marcarnos ese mínimo de tiempo, para dar tiempo a nuestra mente para reajustarse, como sucede durante las vacaciones, cuando al cabo de unos días nos acostumbramos a vivir sin ciertas urgencias.
La clave de todo esto es entender que no necesitamos más horas. Necesitamos menos interrupciones. Y que a veces, cambiar esto es más fácil de lo que parece. Si nos comprometemos con este pequeño gesto (y lo sumamos al resto de consejos de esta edición veraniega), entraremos en la nueva temporada con otra energía, más centrados y más eficaces. :)
Como siempre, muchas gracias a todos por vuestras valoraciones de cinco estrellas en iTunes y Spotify,
Published on 1 week, 1 day ago
If you like Podbriefly.com, please consider donating to support the ongoing development.
Donate